Día 4. Ánimo
Cuando le veo venir, el mundo me aplaude infundiéndome un maravilloso ánimo.
Cuando se acerca y me habla un ratito sobre temas intranscendentes, el ánimo, que antes parecía irrompible, se divide en mil pedazos. Cuando estoy a dos suspiros de él siempre sonrío nerviosa, como una colegiala adolescente, mientras intento reconstruir mi esperanza sin que él se dé cuenta.
Cuando se aleja sonriendo, siempre sonriendo(me encanta esa alegría que regala a las muchas vidas que le rodean), me despido entregándole la mejor de mis sonrisas. Él siempre se va para continuar cosiendo su vida sin necesidad de mi hilo, él siempre se va sin mí, aún así, yo disfruto hasta el último segundo de su ánimo, tan feliz y tan suyo, pero siempre tan contagioso para mi débil cuerpo. Todos los días en la redacción me enfermo por su presencia; después, en mi pequeño piso, me tapo con tres mantas para intentar no seguir enfermando de un amor que hoy, por lo menos, no puede ser de la forma que quiero que sea.
No me importa reconocer que este trabajo empieza a darme mucho miedo, por nuestra culpa, por mi culpa, porque la necesidad que tengo de su ánimo no está correspondida por su necesidad del mío.
Este es un ánimo que agradezco hoy, ya que me sitúa entre los cientos de nubes que saludan al sol y que, al mismo tiempo, nos saludan a ambos cada mañana, cuando salimos de casa con prisa, esperando dar y recibir mucho ánimo en el trabajo.
Cuando se acerca y me habla un ratito sobre temas intranscendentes, el ánimo, que antes parecía irrompible, se divide en mil pedazos. Cuando estoy a dos suspiros de él siempre sonrío nerviosa, como una colegiala adolescente, mientras intento reconstruir mi esperanza sin que él se dé cuenta.
Cuando se aleja sonriendo, siempre sonriendo(me encanta esa alegría que regala a las muchas vidas que le rodean), me despido entregándole la mejor de mis sonrisas. Él siempre se va para continuar cosiendo su vida sin necesidad de mi hilo, él siempre se va sin mí, aún así, yo disfruto hasta el último segundo de su ánimo, tan feliz y tan suyo, pero siempre tan contagioso para mi débil cuerpo. Todos los días en la redacción me enfermo por su presencia; después, en mi pequeño piso, me tapo con tres mantas para intentar no seguir enfermando de un amor que hoy, por lo menos, no puede ser de la forma que quiero que sea.
No me importa reconocer que este trabajo empieza a darme mucho miedo, por nuestra culpa, por mi culpa, porque la necesidad que tengo de su ánimo no está correspondida por su necesidad del mío.
Este es un ánimo que agradezco hoy, ya que me sitúa entre los cientos de nubes que saludan al sol y que, al mismo tiempo, nos saludan a ambos cada mañana, cuando salimos de casa con prisa, esperando dar y recibir mucho ánimo en el trabajo.
14 comentarios:
Piensa que tal vez eso sea lo mejor para los dos, que de otra forma nada tendría sentido y posiblemente te apetecería mucho menos levantarte. A veces, no queda otra solución que vivir las cosas como vienen, sin forzarlas.
Uy, a mí estas cosas del amor se me dan de pena, así que mejor no opino...pero es bonito, no? Me refiero a que una persona con una sonrisa sea capaz de producir tales efectos...Estamos vivos...eso no puede ser malo.
Un abrazo.
Yo mejor callo. sigo leyéndote, Esther.
Bss.
!D
no, no. sobretodo eso no: no enfermar de amor.
uyuyuyuyuuyuyu
si lo besas morirá como promesa y nacerá como realidad
hay trato?
mejor el sueño y la sonrisa o las mañanas de rutinas tristes...
es que hoy estoy muy negativo
Mil caminos me han traído hasta aquí (venga, vale, solo un par de links) pero bue... el caso es que, pase lo que pase nunca dejes de sonreir. Tu alma te lo agradecerá.
Un blog-abrazo
¡Hola!
El mal de amores es de lo peor, pero suele ser gratificante :P
Suerte con tu amor ^^
A menudo es superior a nuestras fuerzas, pero acaba siendo contradictorio y contraproducente alimentar el amor no correspondido.
El ánimo que te brida hoy acabará siendo desánimo por su incapacidad para necesitarte de la misma forma en que tú lo haces.
No te olvides de cuidarte :-)
Sigue siendo un sentimiento único e inigualable...q te hace respirar la vida de otro modo.
¿Por qué el amor tiene que ser como un cajón de doble fondo? Unas veces revuelves y encuentras sonrisas y otro sólo un par de calcetines viejos que no sabías que aún tenías. Hoy estoy con mzungu...quizá sea mejor disfrutar del cosquilleo a empezar a hacer remiendos...
te deseo mil enfermedades como ésta. te deseo que la contagies a todo el mundo. te deseo que os contagieis hasta que, infectados de ese virus, se os extienda hasta el último poro como la más rápida gangrena
besos
y afortunada tú
El sergisonic es un genio, me apunto a su comentario.
Te ofrezco humildemente mi solución a todos los problemas:
¡Apúntate a teatro!
(Funciona. Comprobado científicamente en carne propia)
Eso es lo que tiene el amor, que te empuja a sonreir cuando en realidad tu corazón más no puede llorar...
Te doy mucho ánimo, tanto para sonreir, como para llorar... nunca se sabe qué viene mejor...
Besos
Publicar un comentario